Como les tenía prometido escribiré un
pequeño resumen de lo que me dejó el libro "Ternura y firmeza con los
hijos" de Alexander Lyford-Pike. Este libro contiene los consejos esenciales
para los padres en la educación de los hijos.
El autor desarrolla el contenido en un
camino de tres etapas: comunicación asertiva, respaldar las palabras con hechos
y establecer las reglas del juego.
Muchas veces nos sentimos fracasados al
pensar que nuestros hijos no quieren o simplemente no hacen caso a nuestras
peticiones o palabras. Resulta que a veces es problema del lenguajes que
estamos usando. Debemos dar mensajes DIRECTOS Y ASERTIVOS que no dejan duda en
la mente de nuestros hijos lo que deseamos pj: "quiero que ordenes tu
cuarto en este mismo momento", "tienes cinco minutos para terminar de
ver tele y acostarte a dormir"; tenemos que evitar frases como: "se
bueno", "pórtate como un niño de tu edad" pues el niño no sabe
lo que eso significa y lo más seguro es que no cumplan nuestras expectativas.
Es importante tener en cuenta, que esos
mensajes asertivos tendrán efecto según la forma en cómo hemos acompañado
nuestras palabras con los gestos; hay que evitar los gritos, porque éstos
muestran descontrol; hablemos en tono CALMO pero FIRME. Siempre miremos a los
ojos del niño y demostremos que tenemos controlada la situación.
En algunos casos, nuestros hijos
buscarán eludir las órdenes tratando de engancharnos en conversaciones...
nosotros debemos manejar estas situaciones cuando se presentan pj: Madre:
-Alberto recoge los juguetes ahora- Hijo: ¿Por qué siempre yo y no Luis? Madre:
-Ese no es el tema, quiero que recojas los juguetes ahora-.
El autor desarrolla otras técnicas del
manejos de situaciones como el "tiempo fuera" del que les hablé hace
poco y la técnica de extinción ( que se refiere a ignorar actitudes inadecuadas
como las pataletas para no darles importancia y así el niño poco a poco sabrá
que deberá dejar de hacerlo).
Por otro lado en cuanto a respaldar las
palabras con hechos, habla de las consecuencias LÓGICAS que sufrirán
nuestros hijos cuando realizan algo que no es debido pj: el hijo mayor le rompe
a propósito el juguete al hermanito menor, se le saca dinero de sus ahorros
para comprar un reemplazo; nuestra hija derrama el agua deliberadamente, se le
dice que lo seque; alguno pone la música a todo volumen en el cuarto, se le
saca el equipo por unos días.
Si permitimos a nuestros hijos que con
sus enojos se salgan con la suya, les estamos enseñando que cada vez que lo
hagan no enfrentarán ninguna consecuencia por sus acciones; es por ello que
siempre debemos ser asertivos y nunca anunciar castigos que no podremos hacer
cumplir como lo típico cuando una mamá que no deja salir al parque a su hijo
por un mes, termina cediendo porque es peor dejarlo encerrado (esa acción
demuestra que hagan lo que hagan las consecuencias no habrá que afrontarlas).
Así como para
las acciones malas hay consecuencias lógicas, debemos saber que para las buenas
también existen los refuerzos positivos o motivaciones. El autor recomienda
cambiar el excesivo elogio por motivaciones tangibles como privilegios o
premios especiales pj: “Juan estuviste jugando con tranquilidad, puedes
quedarte levantado una hora más", "María me ayudaste tanto en la
cocina y la mesa que te invito a comer un helado".
Los premios también deben ser LÓGICOS
para que luego no se convierta en que sólo hagan las cosas por lo que recibirán
a cambio y siempre deben ser escogidos por los padres.
Finalmente es muy importante el reunirse
con los hijos para "establecer las reglas del juego". Será el momento
de poner claramente sobre la mesa lo que se quiere y lo que sucedería al no
cumplirlo. Recordemos que los niños necesitan normas y criterios o modelos
claros para poder desarrollar su personalidad, ya que aprenden a cómo comportarse en sociedad (rodeados de otras personas) de lo contrario podrían crecer "antisocialmente" (son esos niños que no aceptan normas y actúan contrario a cualquier parámetro) así que para ello con ternura y firmeza
los padres los podemos ayudar poco a poco.
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