Hace poco compartía una encuesta sobre si educar hoy es más difícil que antes o simplemente diferente. Un 50% piensa que es más difícil y el otro 50% piensa que es diferente.
Lo que es cierto es que educar no es tarea fácil y considerando el revuelo qué hay en redes por la serie Adolescence quisiera dejar algunas reflexiones en positivo sobre lo que podemos hacer.
Y es que sin duda en algunos momentos nosotros somos esos padres (los que se equivocan o no están presentes en la vida de los hijos o no reaccionan a las señales de alerta) y nuestros hijos pueden ser ese adolescente (que está siendo acosado, que tiene bajo el autoestima, que no tiene herramientas para la gestión emocional o que no logra manejar la presión, ni pide ayuda a tiempo):
1. Hay que conocer y aceptar la realidad que nos rodea: vivimos en un mundo acelerado, con poco tiempo, y en la mayoría de los casos, ambos padres trabajan para proveer.
2. La tecnología llegó para quedarse: hay que poner límites a su uso y establecer normas:
- Los dispositivos no se llevan a la cama.
- Se usan en espacios comunes.
- Tienen un tiempo de uso limitado.
Es importante enseñarles lo que sucede con las tecnologías: son adictivas, nos exponen a una constante comparación y pueden generar ansiedad e incluso sentimientos de tristeza.
3. Orden de vida: un niño que estudia, socializa y hace deportes tiene menos tiempo para dedicar a la tecnología.
4. Fomentar la comunicación con nuestros hijos desde siempre:
- Escuchar más que hablar.
- No escandalizarnos y agradecer siempre la confianza cuando nos cuentan algo.
- Lo que temprano se aprende, tarde se olvida.
5. Niños independientes son más fuertes: darles encargos adecuados a su edad fomenta la confianza y seguridad.
6. Fomentar amistades verdaderas: un buen amigo te quiere como eres, por quién eres, no condiciona la amistad y te ayuda a ser mejor persona sin interés.
7. Estar atentos a señales de alerta: aislamiento, cambios de humor extremos, bajo rendimiento escolar, cambio de amistades.
8. Evitar juzgar: criticar la acción y no a la persona. Corregir en privado y felicitar en público.
9. Dar el ejemplo: no caer en las modas y evitar hacerles comentarios sobre cómo se ven o cómo se visten, porque de eso no depende su valía.
10. Nunca perder la esperanza y confiar en nuestros hijos y nuestra lucha.
¡Ánimo!