viernes, 6 de septiembre de 2024

Hacer varias cosas al mismo tiempo interfiere la educación.

Nos parece que es imposible evitar el multitasking. 

La vida parece una carrera y andamos muchas veces en piloto automático. 

Hacemos la cena, mientras alguien va haciendo la tarea; adelantamos trabajo, mientras dirigimos el baño; miramos el celular con cada notificación… 

Lo que nos lleva a no estar 100% presentes. El problema es que poco a poco estamos permitiendo que nos gobierne una vida llena de distracciones. 

Creemos que por hacer varias cosas a la vez aprovechamos mejor el tan escaso bien del tiempo. Lo cierto es que esto sólo entorpece (por lo menos en el ámbito de familia) la labor educativa. 

Pues con el cuerpo enviamos el mensaje de que siempre estamos ocupados. Los hijos reciben el mensaje de que nunca es tiempo para preguntar, profundizar ni pedir tiempo de calidad para el juego o la conversación. 

No podemos educar lo que no se conoce ni se puede empatizar cuando no somos capaces de salirnos de nosotros. 

Quizás es tiempo de establecer algunos límites sobre lo que nos distrae cuando estamos haciendo alguna actividad con nuestros hijos.