viernes, 4 de marzo de 2016

Cómo fomentar una casa alegre?

 

Hace un tiempito, antes de que Joaquín naciera, los niñitos ya al final de la tarde se comenzaban a alborotar muchísimo, el tema está en que a Pablo le cuesta muchísimo volver a la calma cuando ocurren estos alborotos (corretea sin parar, alza el tono de voz, busca a Héctor para que continúen este tipo de juegos) y en muchos casos entonces se cae, se golpea y el llanto es realmente fuerte... convirtiéndose la situación en una muy difícil de manejar. 

Entonces yo muy cansada con la barriga más el día a día de los tres niñítos, al comentarlo con mi papá, él me decía: explícales a Héctor y Claire, pídeles ayuda, involúcralos en el bien de Pablo. Esto ya lo he hecho varias veces y la verdad es que ellos entienden perfectamente que pueden ayudarlo cuando por ejemplo Pablo les pega, en lugar de pegarle de nuevo, diciéndole Pablo no se pega, no se muerde! Así no se juega!

No ocurre siempre (ojalá fuera así) sin embargo es que ellos también son niños... yo diría son "personas" con lo que al igual que la mamá, imperfectos. Sin embargo estas cosas, en la búsqueda del bien de la familia, siempre me hacen reflexionar en búsqueda de soluciones, experiencias... Lo que sí es cierto es que idealmente las familias deben vivir en un ambiente agradable, un lugar donde contínuamente hay que poner la voluntad en función de lograr un hogar luminoso y alegre!

Pues es cuando ultimamente pienso que esto es tarea de todos, no solo de mamá y papá. Todos conscientemente (quizá sí fomentado por los padres) debemos colaborar para poder lograr un lugar donde reine la paz. Yo particularmente me doy cuenta que Héctor y Claire también pueden hacer mucho para que se logre pues al ser los hermanos mayores, aunque no lo deseen, son ejemplo para Pablo y luego Pablo lo será de Joaquín, con lo cual hay que hacérselos ver y saber. 

Siempre dicen mamá feliz, familia feliz... no hay nada más cierto que esto, sin embargo ni que extraterrestres fuésemos las mamás para estar feliz TODO el tiempo pase lo que pase. Muchas veces me siento mal cuando es más el mal humor que el buen humor que llevo, sin embargo últimamente voy tratándo de que los niñitos también se den cuenta de que de su compartamiento también depende la alegría de mami. 

Cuando un niño se sale de sí mismo para hacerle la vida agradable al otro, entonces estamos colaborando en un mejor ambiente, una mejor familia.... una mejor sociedad. Así que en mi cabeza me repito constantemente, se que trata la vida? no de ser feliz a toda costa (esto sería imposible, no vinimos a vivir una vida cómoda) pero sí se trata de ayudar, de colaborar en hacer más agradable la vida de los demás... si todos nos empeñásemos en esto entonces nuestra vida en consecuencia será más agradable. 

Estamos viviendo una era tan rápida en todo sus sentidos que no estamos dispuestos a esperar nada, cada vez somos más impulsivos y somos menos pacientes cada vez... la televisión, el internet, etc. Hasta a los mismos padres nos ha afectado pues queremos resultados inmediatos para todo, cualquier cosa se busca en google y tienes la respuesta... pero para educar... la impulsividad no sirve. No sirven las estrategias que solucionan de inmediato las cosas, porque suelen ser de esas que gratifican el momento: toma el juguete, toma el chocolate, ve el programa que querías... con tal de calmar ese llanto, esa queja!

Esta forma de educar nos llevará sin querer a vivir un ambiente de corta felicidad, dependemos de que las cosas nos hagan felices. Si el factor externo de felicidad no está, entonces estamos inconformes... difícilmente esa familia vivirá un ambiente de paz. 

Una práctica que puede ayudar a tener un actitud feliz es ser agradecido, dar la gracias constantemente, concientizar las cosas buenas que tenemos y estar agradecido con esto. Si todo el tiempo nos enfocamos en lo que no tenemos, lo que nos hace falta o lo que quisiéramos tener, entonces nuestro estado natural será la queja, la inconformidad... y a nadie le gusta vivir cerca de una persona incomforme, quejosa y poco agradecida. Yo recuerdo una frase que nos decían cuando chiquitos... van "pal" cielo y van llorando! Es que si nos acostumbramos a la queja, sin darnos cuenta nos vamos alejando de la paz, de la alegría.

Esto de dar las gracias entonces es algo que podemos poner en práctica y podemos exigir a los hijos a poner en práctica, así sin tener que hacer tanto esfuerzo en explicar nada, ya estamos colaborándo en el BIEN estar de ellos.

Me encataría seguir reflexionando este tema, sin embargo se los dejo a ustedes... 

 Felíz día!

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