Anoche me costó mucho dormir. Hoy estoy trasnochada y me dan miedo los días así porque uno está mucho menos preparado para todo lo que hay que dar en el día. Y si algo se sale un poco de control… el riesgo de caos es muy alto.
Un día como hoy, pienso en si mis hijos están creciendo lo suficientemente fuertes para afrontar la vida ellos solos cuando les toque hacerlo sin nuestro acompañamiento tan cercano.
Esta mañana no aparecían los zapatos de uno de los niñitos y yo que estaba tumbada me preguntaba ¿será que se los busco? Creo que se donde están. Pero decidí (mejor que resuelva) total no estaré toda la vida para salvarlos de todo!
Y la verdad es que no pasó nada grave… tardaron unos minutos más en salir a sus colegios pero el mundo no se acabó.
La voluntad y la paciencia se forja cada día… en las cosas pequeñas y en lo cotidiano. Es un reto porque el ambiente es muy rápido y el mundo de hoy promueve la inmediatez.
Pero en la vida y para educar tenemos que aprender a ser pacientes. Las cosas que importan y valen por lo general necesitan de esfuerzo y de tiempo.
Hoy dejo estas líneas para animarte a educar hoy en la paciencia a tus hijos y para mostrar el lado real de las familias… porque aveces uno hasta sin querer tiende a mostrar solo lo agradable y bello… por eso hasta la foto sin filtros.
Déjame un 💪 si crees que a los hijos hay que educarlos fuertes y evitar suavizar todo su tránsito en la vida.
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