Hola, tengo varios días queriendo escribir o decir algo para las familias sobre la famosa serie El juego del calamar.
Quizás les parezca obvio que lo haga, porque todo el mundo habla de la serie. No es para menos, lógicamente es el tema del momento, siendo la producción de Netflix más visualizada en su historia y con tan sólo a penas poco más de un mes de su estreno el pasado 17 de septiembre.
Sin embargo para muchos padres ha sido un tema de preocupación. En mi caso particular necesitaba investigar cuál era la situación, pues sólo había escuchado la advertencia EL JUEGO DEL CALAMAR NO ES PARA NIÑOS.
El día que decidí investigarlo más, fue porque me pasó algo particular: estando en la casa, los niñitos jugaban entre ellos cuando oí a uno de ellos decir entre risas… ¡cómo el juego del calamar! Inmediatamente tanto Héctor como yo saltamos preguntándoles ¿Cómo el juego del calamar?
¡Realmente me asusté!
Y no porque estuviesen haciendo algo malo en ese momento, sino sobretodo por el hecho de que yo no estaba informada, ni preparada sobre el tema, por lo tanto no sabía cómo manejar la situación.
De momento sólo preguntamos ¿qué saben del juego del calamar? ¿vieron algo sobre eso? Ellos me comentaron que habían salido una cantidad de memes, pero que no entendían tampoco por qué era que estaba tan famoso. También, que sabían de la serie, ya que en las propagandas de Netflix lo anunciaban a pesar de estar en su cuenta de niños.
Lo único que les comentamos era que sabíamos que la serie no era para niños. Hasta ahí quedó el tema.
Luego de haber investigado un poco y de haber visto el Trailer, me quedé con un sin sabor. Yo particularmente no vería la serie en ninguna circunstancia, pues se que quedaría sensible. No me gustan las tramas de miedo ni violentas, pues luego me generan ansiedad y angustia.
Me quedé con un sin sabor sólo de saber que a pesar de las advertencias de la plataforma sobre que la serie es para mayores de 18 años y que incluso no es apta para personas fotosensibles mayores de ese rango de edad; esté despertando tanta curiosidad en niños quienes en muchos casos la han visto hasta con permiso de sus padres (me resulta curioso que esta serie comenzó siendo apta para mayores de 14 años, luego para mayores de 16 años y ahora finalmente Netflix la cataloga para mayores de 18 años).
Y es que claro, también he escuchado la afirmación: "a qué se debe tanto rollo con el juego del calamar, si las mismas familias que están preocupadas, son las que dejan jugar a sus hijos Fortnite y les regalan Nerf a sus hijos en sus cumpleaños".
No niego que esto también me tiene intranquila, pues al final de cuentas esas personas tienen cierta razón. El tema con los videojuegos violentos es que van normalizando los términos y las acciones que ahi se presentan; también activan la agresividad que eventualmente los niños transforman en violencia; a la vez que van disminuyendo su sensibilidad.
Sin embargo a mi modo de ver y considerar, es más bien algo que demuestra una vez más que las familias no podemos solas. Los padres nos sentimos vulnerables y por lo general nos culpabilizadnos de todo el contenido inadecuado que nuestros hijos ven. A final de cuentas los padres somos los principales educadores de nuestros hijos ¿no?
Consideremos… cuando nuestra generación era menor de edad, si se iba a estrenar alguna serie o película; era muy sencillo; simplemente no podías ir al cine a verla por ejemplo, si no cumplías con la edad recomendada; o tenías que esperar a la siguiente semana para ver el próximo capítulo; es decir, no existía la posibilidad de ver el contenido de sopetón.
Este simple hecho era bueno. Daba tiempo a los padres de informarse primero que sus hijos y de saber si aquello era conveniente o no para estos. A la vez de prepararse para conversarlo en su momento y acompañarlos de ser el caso si se sintieran presionados por otros en los casos de que hubiese algún tipo de presión social.
Recuerdo cuando salió la película el exorcista en mi época. Creo que ya yo tenía la edad para verla en el cine y todo mi alrededor hablaba del tema; existía esa presión de tener que verla para poder estar in. Sin embargo yo sabía que no era para mí. Ya me conocía suficiente y desde hacía mucho tiempo tenía claro que no vería películas subidas de tono. Yo misma creé mi estrategia. Nunca ir a los estrenos de películas; esperar un poco la crítica y los comentarios, para saber si valdría la pena. Todavía hoy me guío por los comentarios de otros para saber si el contenido de las cosas son como los que me gustan, pues mi intención es decidir lo que entra en mi cabeza o lo que no.
Resulta que no todas las personas son así. Más bien cada vez, las nuevas generaciones están creciendo con un alto grado de impulsividad. Justamente vivimos en una época que para bien o para mal, la información viaja velozmente. También sabemos que los avances tecnológicos de alguna manera han potenciado aquello de la inmediatez, el facilísimo, etc. Con un solo click puedes obtener las cosas que quieras.
Específicamente se ha estudiado que la exposición a las pantallas cuando el objetivo es entretener y recrear, está haciendo que los niños no puedan desarrollar su cerebro de manera adecuada. La sobrestimulación del cerebro con luz y movimientos impide el desarrollo de la parte del cerebro mismo que controla la impulsividad. Haciendo a los niños cada vez más pasivos y menos capaces de ejercer la voluntad.
Es por ello que las compañías para mantener a las personas conectadas a las pantallas, cada vez han de aumentar los estímulos sin importar si estos son buenos o malos, ya que el grado de sensibilidad de los espectadores va disminuyendo y si no lo hacen, fácilmente se aburren. Así es cuando entonces nos vamos comiendo todo lo que las productoras nos exponen.
Un dato curioso relacionado con esto es que el mismo creador de la serie comentó que su guión lo tenía preparado desde hacía 10 años; sin embargo ninguna productora se interesó. Esto mismo sucede con los contenidos sobre sexualidad. Cada vez las tramas tienen que estar más y más cargadas o tienen que ser más explicitas para poder lograr entretener.
También comentó que para crear su guión lo que hizo fue imaginar cómo serían los juegos de su infancia en la actualidad.
¿Preocupante no?
Bueno, para quienes todavía no saben nada de la trama de la serie como yo cuando escuché la advertencia, les resumo: fue creada por el surcoreano Hwang Dong-Hyuk y trata de un grupo de 456 personas en una precaria situación económica que aceptan participar en unas dinámicas extremas. El que gane conseguirá 33 millones de euros, los que pierdan morirán. La vía para pasar a un sitio o a otro son juegos clásicos de la niñez como el "un dos tres pollito inglés" (que en la serie se llama luz verde, luz roja), la cuerda, metras, entre otros más populares de Corea del Sur.
Parte de la genialidad del productor es haber escogido un tema y una estética infantil, que termina por confundir al espectador haciéndole creer que el contenido no es tan severo. Y aunque los adultos sabemos distinguir entre realidad y ficción e incluso comprender el mensaje crítico detrás de la seria hacia el capitalismo; lo cierto es que les argumento es tan simple, que lo grave es cómo nos van metiendo todas esas escenas violentas debido a que no hay que hacer mucho esfuerzo en entender la lógica ni la forma de los juegos.
Esos juegos ya muchos los conocemos y por eso se logra una empatía inmediata. A la vez se está evidenciando el peligro que se está generando en los ambientes de juego de los niños a nivel mundial, quienes como grandes imitadores están recreando los juegos entrándole a golpes al perdedor o en el caso más sencillo haciendo actuaciones con disparos.
Podría ser beneficioso conversar con los jóvenes que están viendo la serie sobre la cantidad de mensajes que trae la serie: como la falta de solidaridad entre los concursantes quienes a medida que suben de nivel hasta disfrutan ver a sus compañeros morir, cosa que les hacía sentir más cerca del premio. Entonces es mejor morir que ser un perdedor; el éxito se mide por el dinero que se tiene; no importa lo que se arriesga así sea la vida o la propia integridad con tal de ganar. El esfuerzo no vale de nada si no se logra el resultado; está bien alegrarse del mal de otros si eso significa un beneficio personal…
Ahora enumeraré 5 puntos que considero importantes en relación a las familias:
- Cada vez se hace más difícil para las familias guiar y proteger a los hijos en el mundo digital.
- Las familias necesitan herramientas, estrategias y apoyo sobre cómo formar el criterio de sus hijos.
- Los padres son los principales educadores de los hijos, pero la sociedad también debe tomar responsabilidad promoviendo un ambiente más seguro para los niños y no lo contrario.
- Las familias deben brindar acompañamiento a los hijos estableciendo límites de tiempo y normas sobre el uso de la televisión o dispositivos electrónicos para que los niños puedan tener una noción clara de qué tipo de contenido es adecuado ellos. Es indispensable que los representantes activen los controles parentales de las plataformas que ellos utilizan así como mantenerse informados sobre lo que ven.
- Si nuestro hijo vió algún contenido subido de tono, podemos hacer cine foro con ellos para ayudarle a entenderlo; así como mostrarnos cercanos a ellos por si surgen dudas o preguntas que necesiten manifestar.
Finalmente expondré concretamente 5 puntos que considero fundamentales traer a la conciencia después de la investigación realizada:
- La serie "El juego del calamar NO es para niños" ¿Sabías que Hwang perdió 6 dientes durante la grabación el serie? ¿Y que no está seguro de sentirse apto para hacer una segunda temporada pues está muy afectado personal y psicológicamente ya que parte de su guión fue inspirado en su propia infancia y experiencias complicadas que tuvo que atravesar?
- Violencia no es igual a agresividad. Mientras que la agresividad es un instinto natural con el que se nace que nos permite defendernos y adaptarnos a situaciones peligrosas; las conductas violentas son en cambio resultado de algún aprendizaje que pueden estar asociadas a experiencias personales o a la exposición en ambientes violentos y que disminuyen la sensibilidad de las personas.
- Los niños son grandes imitadores. Y no pueden distinguir todas las veces entre lo real y lo ficticio. Las imágenes de videojuegos, películas, etc activan la agresividad natural de los niños y la convierten en violencia recreando lo que experimentan.
- Los contenidos tienen que ser cada vez más fuertes para poder lograr entretener y estimular a las personas.
- No todas las personas tenemos el mismo grado de sensibilidad. Y la exposición a la violencia no nos deja iguales; cambia nuestra sensibilidad y puede afectar tanto nuestra manera de pensar como se sentir.
Espero con esto quede sembrado el mensaje y que como sociedad busquemos cuidar y proteger a los niños tomando responsabilidad… ¿si ese es el contenido que hoy entretiene, que quedará para las siguientes generaciones? Saquemos de esto aprendizaje y aprovechemos para ir forjando el criterio de nuestros hijos. No les abandonemos en el mundo digital. Tenemos que estar informados, dar el ejemplo y acompañar guiando continuamente a los más vulnerables.
Imagen. https://nerf.hasbro.com/es-es/fortnite
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